Beatriz es Licenciada en Psicología y Maestra en Psicología con Residencia en Terapia Familiar por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Formada en Psicoterapia en Violencia de Género y Consejería en Salud Sexual del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM y en Evaluación Diagnóstica Infantil en el Centro de Servicios Psicológicos Dr. Guillermo Dávila en la misma casa de estudios.

Participó como residente en el área de Terapia Familiar del Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” y en el Instituto Nacional de Rehabilitación.

1. ¿Cómo se le puede llamar la atención a un niño sin agredirlo?  Tomar en cuenta lo que hizo el pequeño, y en base en eso llevar a cabo la acción que discipline esa conducta tomando en cuenta que tiene consecuencias lo que hizo, que observe que las acciones tienen consecuencias. sin insultar, sin menospreciar, sin agredir. Ellos están conociendo el mundo y se van a equivocar. Estar al tanto de nuestras propias emociones, si el papá o mamá está muy enojado es mejor tomarse un momento para que pase ese sentimiento y después platicar.
2. ¿Qué hacer en caso de sentir mucha desesperación y enojo después de que el pequeño haya hecho una travesura? Hacer respiraciones profundas, valorar que es más importante el amor que se tiene por esa persona que dejarse llevar por el enojo y cometer acciones que después puedan generar un sentimiento de culpa y arrepentimiento. Hacer equipo con alguien que sea significativo en la vida del niño, es decir, si en ese momento alguien esta muy molesto, puede pedirle a alguien más (papá, mamá, abuela, cualquier otra persona que también se haga cargo del cuidado del niño) que platique con el pequeño.
3. ¿Qué técnicas se pueden utilizar cuando el papá o la mamá ha tenido un mal día y no desquitarse con el niño?  Tomar distancia cuando se ha tenido un mal día es importante para evitar una mala convivencia con los hijos y recordar que tenemos otro rol además del de ser papá/mamá, recordarnos como individuo y pasar un tiempo con nosotros mismos, hacer algo que nos guste. El autocuidado es clave para el manejo de nuestras propias emociones. Conversar con personas fuera de las que se suelen convivir a diario forma parte del autocuidado.
4. ¿Hasta qué punto se puede ejercer la autoridad como padre de familia sin hacer daño?  No reaccionar de forma impulsiva con el afán de controlar las reglas puestas a los niños. Ejercer violencia NO es ejercer autoridad; la violencia genera miedo, desesperanza, indiferencia, mientras que la autoridad genera respeto y seguridad. Practicar la paciencia es punto clave, se debe recordar que todos cometemos errores y que hay que dar una segunda oportunidad para que los niños aprendan de su propia conducta.
5.  ¿El/la pequeñ@ puede llegar a repetir las actitudes negativas de sus papás en un futuro? Sí, hay una parte de nuestra conducta que se aprende en el núcleo familiar y puede reproducirse a través de patrones. Se aprende lo que se enseña con el ejemplo. Cuando una persona vive en una convivencia donde hay violencia de manera cotidiana se normaliza, se mal entiende que así se lleva la gente y se puede llegar a reproducir en un futuro inmediato, mediano (cuando son adolescentes pueden llegar a ejercer o vivir la violencia y aceptarla) o bien a largo plazo. 
   

Con estos consejos, podemos aprender a manejar nuestras emociones para que nuestro día a día no influya en la manera en cómo tratamos y educamos a nuestros hijos, con el fin de tener presente siempre que ninguna emoción negativa es más fuerte que el amor a un hijo.